Menor absorción
del tóxico |
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Las técnicas empleadas para prevenir una mayor absorción del tóxico
por vía digestiva son probablemente el tratamiento más característico
y antiguo de los utilizados en toxicología clínica.
Emesis forzada:
Hoy día se mantiene como método para inducir el vómito: El jarabe
de ipecacuana: 30 ml en el adulto (10-15 ml en niños)
repetible en 20 min. Una vez ingerido el jarabe se debe beber unos
300 ml (100 ml en niños) de agua. Contraindicaciones: ingestión
de cáusticos, derivados del petróleo, objetos punzantes, obnubilación
o coma, convulsiones, intoxicados menores de 6 meses y embarazadas.
Siempre existe el riesgo de aspiración pulmonar del vómito o de
que los vómitos persistan en el tiempo.
Lavado gástrico:
Antes de practicar un lavado
gástrico es necesario tener en cuenta que si se trata
de una sustancia poco tóxica y la cantidad ingerida es escasa no
es necesario realizarlo. Además se deben de considerar otros factores:
A. Tiempo transcurrido desde la ingesta: en general es útil dentro
de las 4 h. posteriores a la intoxicación
B. Contraindicaciones: ingesta de cáusticos o derivados del petróleo,
bajo nivel de conciencia (salvo que se proteja la vía aérea), convulsiones.
C. Complicaciones: no está exento, aunque su frecuencia es escasa
(aspiración bronquial, introducción de la sonda en la tráquea, neumonía
por aspiración, lesión mecánica en la laringe, el esófago o el estómago,
hemorragia gástrica, hipernatremia en lavados con suero salino).
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Figura 3
A la derecha sonda de
Faucher (10mm de luz) que permite un adecuado vaciado gástrico.
A la izquierda sonda nasogástrica (4 mm de luz) por
la que no pasan ni las pastillas más pequeñas.
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Aspectos prácticos:
1. Paciente en decúbito lateral izquierdo con las rodillas flexionadas
y Trendelenburg de 20º
2. Se introduce por la boca sonda de Faucher (Figura 3) y se confirmará
su presencia en el estómago aspirando y auscultando.
3. Se aspirá con la jeringa el contenido gástrico antes de llevar
a cabo el lavado.
4. Se introducen 250-300 ml (adultos) de agua tibia o suero hiposalino.
A continuación se aspira la cantidad introducida o se deja salir
por el efecto «sifón».
5. Se repite esta operación hasta que el líquido extraído esté libre
de tóxicos. Habitualmente es necesario repetirla 8-10 veces.
6. Una vez que el efluente es claro, se retira el tubo, ocluyéndolo
con los dedos o un tapón. Antes de retirarlo se puede introducir
50-100 g. de carbón activado.
Carbón activado:
La principal característica del carbón
activado es su capacidad de adsorción de multitud
de sustancias químicas. El término adsorción
(con «d») significa que se fijan o adhieren a él
y, por tanto, su administración es eficaz para reducir la
absorción gastrointestinal de los tóxicos.
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Figura 4
Envase comercial de carbón
activado.
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Formas de administración y dosificación:
- Dosis única. Administrar 50-100 g. disueltos
en 300 ml de agua o en niños 1g/kg disuelto en agua a traves
de sonda o bebido.
- Dosis repetidas. Administrar 25 g de carbón activado en
150-200 de agua cada 2 horas 10 veces, añadiendo en la 5ª
y 10ª dosis 30 g. de sulfato magnésico.Suele ser aconsejable
evitar el vómito con ondansetron (4 mg. i.v lenta). La administración
de sulfato magnésico facilita su eliminación por heces
y combate el estreñimiento que produce el carbón activado.
(Figura 4)
Indicaciones y contraindicaciones:
Las indicaciones de la dosis única de carbón activado
abarcan prácticamente todos los tóxicos. Las únicas excepciones
son los alcoholes (etanol, metanol), etilenglicol, cianuro, metales
(hierro, litio o plomo), potasio, ácido bórico, derivados del petróleo,
ácidos y álcalis, ya que en éstos no disminuye la absorción. Tampoco
se debe administrar si hay un íleo o hipoperistaltismo manifiesto.
Efectos secundarios:
La toxicidad es muy baja, por lo que es un tratamiento
bastante inocuo. Con cierta frecuencia produce estreñimiento o vómitos,
el primero de los cuales puede ser evitado administrando sulfato
magnesico, lactulosa o sorbitol y el segundo con antieméticos potentes
tipo ondansetron. En algunos casos, se han producido obstrucciones
intestinales, impactación intestinal, neumonitis o aspiraciones
pulmonares. El carbón activado tiñe las heces de negro. El carbón
activado parece una buena opción para tratar las intoxicaciones
agudas, lo que en muchos centros hospitalarios ha hecho que ya no
se utilice el lavado gástrico.
Laxantes:
Indicaciones y dosis:
Hoy día sólo se utilizan con el único fin de evitar
el estreñimiento inducido por el carbón activado y facilitar su
expulsión evitando así el fenómeno de la desadsorción. El laxante
mas recomendado es el sulfato magnésico. Se prepara como fórmula
magistral por el Servicio de Farmacia Hospitalaria en envases de
30 g. (adultos) o inferiores para pediatría, donde la dosis aconsejada
es de 250 mg/Kg.
Contraindicaciones:
No se aconseja la utilización de laxantes en niños
menores de 1 año, presencia de diarrea, ausencia de ruidos intestinales
o intoxicaciones que pueden producir diarrea.Contraindicados las
sales de Mg en la insuficiencia renal.
Lavado intestinal total:
El lavado intestinal total consiste en instilar grandes
volúmenes (2 litros/hora) de líquidos a través
del píloro con la finalidad de hacer un lavado completo del
tubo digestivo. Para ello hoy en día se utilizan soluciones
electrolíticas con polietilenglicol.
Indicaciones y dosis:
- Se puede emplear en intoxicaciones donde el carbón
activado no es eficaz y son potencialmente graves : litio, hierro,
plomo, body-packers o body-stuffer, ingesta masiva de preparados
de liberación retardada, etc.
- En España la solución electrolítica
con polietilenglicol utilizada es la Evacuante Bohm®. Una vez
preparada se administra a través de sonda nasogástrica
a 2 litros/hora (1 sobre de 17,5 g. disuelto en 250 ml. de agua
cada 7,5 minutos); se deberá continuar su administración
(4-6 litros) hasta la salida por el orificio anal de liquido limpio.
En niños se utiliza a dosis de 500 ml/hora.
Contraindicaciones y efectos secundarios:
No se aconseja su empleo en ausencia de ruidos intestinales,
obstrucción o perforación. Puede producir vómitos
(evitables con ondansetron), implazón abdominal, irritación
rectal, etc.
Endoscopia y cirugía:
El uso de otras técnicas para prevenir una
mayor absorción del tóxico es raro y no están
suficientemente experimentadas, aunque en situaciones excepcionales
están indicadas.
- La gastrotomía se ha utilizado para extraer
del estómago masas de sustancias tóxicas radiopacas,
que no se pudieron extraer por otros métodos y cuya absorción
habría sido letal para el paciente; así ha ocurrido
con el hierro, arsénico, etc.
- La laparotomía de urgencia es de primera
elección en los body-packers o body-stuffer
sintomáticos.
- La gastroscocopia y colonoscopia, son técnicas
potencialmente útiles en determinadas intoxicaciones agudas
con riego de muerte (bezoar de pastillas, etc).
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