Tratamiento |
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El tratamiento en todos los casos es sintomático,
ya que no existe un antídoto específico.
En la ingesta oral en niños, la administración
de carbón activado puede ser útil.
Las reacciones que pueden exigir atención
sanitaria son los ataques de pánico, el delirio y la psicosis.
Los cuadros psiquiátricos agudos responden
a benzodiacepinas, por ejemplo diacepam oral o intravenoso; también
pueden tratarse con midazolam intramuscular. Si predominan los
síntomas psicóticos, pueden emplearse antipsicóticos
(haloperidol).
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