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2. Epidemiología de las intoxicaciones agudas
  Introducción  
  Incidencia  
  Datos demográficos  
  Reincidencia  
  Intencionalidad  
  Agente causal  
  Obtención del tóxico  
  Tratamiento  
  Destino  
  Bibliografía  

Tratamiento

La terapéutica aplicable al intoxicado agudo puede dividirse en cuatro opciones: ningún tratamiento, tratamiento toxicológico específico (T.T.E.), tratamiento inespecífico o sintomático y medidas de soporte vital.

Aunque entre los hospitales existen diferencias en el grado de utilización de los distintos T.T.E., en la Figura 15 se muestra la distribución porcentual media obtenida en un estudio realizado en 24 hospitales (estudio Multicatox).

 

 

Figura 15:
Porcentajes de uso de las distintas opciones terapéuticas en toxicología.

El tratamiento sintomático puede considerarse como único tratamiento o coincidente con la T.T.E. o las medidas de reanimación.

Como T.T.E. se incluyen: medidas de rescate tóxico-digestivo, dilución, antídotos, depuración renal o extrarrenal y oxígeno hiperbárico.

 

En su conjunto las distintas medidas terapéuticas toxicológicas específicas (T.T.E.) se aplicaron en un 46,7% de episodios tóxicos (estudio Multicatox 1995), cifra inadecuadamente elevada aunque algo menos que la obtenida en la mayoría de estudios previos. La relación de frecuencias con que se utilizan las distintas medidas del T.T.E. se exponen en la Tabla 5.

 

Terapéutica toxicológica Específica (T.T.E.)
% de utilización

Medidas para disminuir la absorción tóxica

28
Administración de antídotos
14,6
Depuración renal y extrarrenal
2,2

Dilución

1,8
 

Tabla 5:
Uso (%) de las diferentes terapéuticas toxicológicas específicas (T.T.E.) Cálculo sobre la muestra general (estudio Multicatox)

 

Medidas para reducir la absorción digestiva:
Los porcentajes de su utilización pueden observarse en la Tabla 6.

Medidas para disminuir la absorción (M.D.A.)
% De la Muestra global
% de las I.M.A.

Empleo de alguna medida

28
55,7
Emésis por ipecacuana
-
17,2
Lavado gástrico
-
35,4

Carbón activado

-
3,1
 

Tabla 6:
Se confirma la excesiva utilización de las M.D.A. como en la mayoría de series. La frecuencia del lavado gástrico es doble que la de inducción del vómito. El carbón activado se utiliza muy poco como método alternativo al lavado o a la emésis.

 

Justificación para administrar ipeca o practicar un lavado gástrico (Figs. 16 y 17):
El análisis de la correcta indicación para administrar ipeca o realizar un lavado se efectuó en el estudio multicéntrico Multicatox evaluando tres criterios:

- intervalo asistencial
- tipo y dosis del tóxico ingerido
- Glasgow > 12 (sólo para la ipeca)

Figura 16:
Administración de ipeca

Figura 17:
Lavado gástrico

 

Los resultados confirman que, aunque en menor medida que en estudios pretéritos, ambos métodos se continúan utilizando en exceso.

Antídotos:
Con independencia de su disponibilidad, el índice de la utilización de antídotos es relativamente bajo (14,6% del total de casos en la serie Multicatox, cifra similar a la de otros estudios). Por otra parte, un número muy bajo de antídotos (cuatro en el estudio Multicatox) son los que se emplean en más del 90% de casos en que se indicó el tratamiento antidótico.

El flumazenil y la naloxona son los más utilizados.
En el estudio Multicatox se analizó si su indicación fué o no correcta, siguiendo dos criterios: tipo de tóxico y clínica neurológica. El resultado se muestra en la Fig. 18 comprobándose también un “exceso terapéutico en la administración de Flumazenil”.

 

Figura 18:
Control de calidad en la indicación del Flumazenil y la Naloxona (estudio Multicatox)

Depuración renal y extrarrenal:
Con el propósito de aumentar la excreción del tóxico, ambas técnicas fueron ampliamente utilizadas sin una base toxicocinética que lo justificara como lo demuestran algunas series de la década de los 80 donde la práctica de la diuresis forzada neutra o alcalina alcanzó porcentajes de uso del 40% y hasta del 80%.

Desde 1990 esta actitud ha decrecido. El estudio Multicatox refleja esta tendencia:

 

Uso de la depuración renal y/o extrarrenal:
2,2% (muestra general)
5,1% (sobre I.M.A.)

A pesar de esta normalización en el uso de la depuración renal/extrarrenal, al valorar si su indicación fué o no correcta, se confirmó que, en un elevado porcentaje estas técnicas se efectuan todavía sin una base cinética que lo justifique (Fig. 19).

Figura 19:
Control de calidad de las indicaciones de la depuración renal/extrarrenal en toxicología (estudio Multicatox).

La valoración se ha efectuado considerando exclusivamente el perfil cinético del tóxico.