Tratamiento |
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- El tratamiento en la mayoría de los
casos es de soporte vital básico y terapia sintomática,
dependiendo del estado clínico del paciente.
- En caso de intoxicaciones profesionales
debe retirarse la ropa y lavar al paciente con abundante agua,
ya que existe la posibilidad de absorción cutánea.
- En caso de ingestión oral, pueden
intentarse maniobras que impidan la absorción del tóxico
(emésis y lavado gástrico). Debe tenerse en cuenta
que estos tóxicos pueden provocar neumonitis química,
por lo que en caso de trastornos graves de la conciencia, deberá
realizarse una intubación traqueal previa al lavado gástrico
para evitar complicaciones.
- Cuando se trata de derivados del petroleo,
benzeno o tolueno, la ingestión de dosis mayores a 1-2
ml/kg indica la necesidad de practicar medidas de descontaminación
digestiva con las precauciones antes descritas. En estas intoxicaciones
no es útil el carbón activado.
- Si es posible, no deben administrarse simpaticomiméticos,
ya que pueden provocar arritmias por sensibilización miocárdica
a las catecolaminas. En caso de arritmias se recomiendan la adenosina,
lidocaína o betabloqueantes, según el tipo de trastorno.
- En casos de agitación o delirio,
los sedantes de elección son las benzodiacepinas por vía
intravenosa u oral.
- La hepatitis por tetracloruro de carbono
debe tratarse precozmente con el antídoto acetilcisteína
por vía intravenosa, a una dosis parecida a la que se utiliza
en la intoxicación por paracetamol.
- La metahemoglobinemia provocada por anilinas
debe tratarse sólo si es superior al 20% o si existe evidencia
de hipoxia. Se indicará oxigeno al 100% y la administración
del antídoto azul de metileno a dosis de 1-2 mg/kg (de
una solución al 1%), infundido en 5 minutos. Si no hay
mejoría, puede repetirse la misma dosis hasta un total
de 7 mg/kg. En casos graves puede precisarse exsanguinotransfusión.
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