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10. Drogas de Diseño y Anfetaminas
  Introducción  
  Epidemiología  
  Mec. de acción  
  Cinética  
  Dosis tóxica  
  Manif. clínicas  
  Diagnóstico  
  Gravedad  
  Tratamiento  
  Bibliografía  
  Autoevaluación  

Tratamiento

El tratamiento requiere medidas generales de apoyo dependiendo de la sintomatología

Si el consumo por vía oral es reciente, se emplearán medidas generales de descontaminación digestiva para evitar su absorción.

El objetivo inmediato es reducir la hiperactividad simpática y controlar la sintomatología psiquiátrica, especialmente la agitación, ansiedad y psicosis. Los agentes de elección son las benzodiacepinas. Por ejemplo diazepam oral (10-20 mg) o intravenoso lento (10 mg) o midazolam (5-10 mg i.m.). En ocasiones bastan para controlar al paciente y normalizar los signos vitales.

Si no se reduce la sintomatología psiquiátrica pueden emplearse, con mucha precaución, los antipsicóticos (haloperidol) ya que reducen el umbral convulsivo, alteran la regulación de la temperatura y provocan hipotensión y distonías.

Si no se controlan los signos cardiovasculares, pueden emplearse para las arritmias los betabloqueantes (pero pueden producir vasocontricción coronaria), y fentolamina, nitroprusiato, nifedipina o captopril para la hipertensión.

El tratamiento de la hipertermia requiere un enfriamiento rápido del paciente y control de la agitación. La rabdomiolisis precisa tratamiento específico con hidratación, soporte cardiovascular e incluso hemodiálisis (si se complica con insuficiencia renal).

No debe utilizarse la diuresis ácida forzada para aumentar la eliminación de anfetaminas; la terapia sintomática descrita es suficiente y menos arriesgada, ya que esta técnica puede aumentar la precipitación de mioglobina por la rabdomiolisis y aumentar el fallo renal.