Diagnóstico |
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A. Anamnesis.
Del paciente o de los familiares o acompañantes,
podemos obtener datos en relación al tiempo transcurrido
entre la ingestión y la aparición de los primeros
síntomas y sobre la naturaleza de éstos, así
como sobre la cantidad de vegetal ingerido, y en el caso de fanerógamas,
sobre la parte de la planta ingerida (hojas, frutos, raíces
etcétera).
B. Diagnostico botánico.
El diagnóstico botánico puede ser
de utilidad en el caso de intoxicaciones por plantas, si bien
no debe demorarse la instauración del tratamiento - basada
en la sintomatología - a la espera de realizar un diagnóstico
de identificación del vegetal. En el caso de las setas
el diagnóstico botánico tiene un gran interés
y muchas veces puede tener un gran valor. De ser posible no debería
renunciarse al mismo. Cuando el paciente o los familiares no aporten
de forma espontánea muestras del vegetal responsable, se
les pedirá que a ser posible lo hagan. Sin duda el que
aporten una muestra de la planta ingerida (hojas, flores, frutos,
o mejor un fragmento que los contenga todos) es preferible a una
descripción oral de la misma, que suele ser muy poco precisa.
Por otro lado, los nombres vernáculos de las plantas son
poco específicos y varían de un lugar o otro.
C. Síntomas.
En general los síntomas de las intoxicaciones
no tienen excesivo valor diagnóstico, si bien su presencia
o ausencia puede tener valor para estimar la gravedad. Por lo
que hace a los vegetales hemos de decir que, aun perteneciendo
a grupos botánicos taxonómicamente lejanos, comparten
muchas veces principios tóxicos similares o de parecida
acción, lo que explica que vegetales muy diversos puedan
dar manifestaciones clínicas semejantes. Por ello, si bien
en muchos casos la sintomatología no bastará por
si sola para establecer el tipo concreto de vegetal responsable
de un cuadro tóxico, ayudará sin embargo a establecer
el tipo químico o farmacológico de las toxinas o
a englobar la intoxicación en un grupo sindrómico
determinado, lo cual en definitiva es más importante para
establecer un tratamiento correcto: hemos de tener en cuenta que
hay que tratar al paciente, no al vegetal.
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