Toxicologia.net / Índice de tóxicos / Plantas / Principales plantas tóxicas / Plantas de toxicidad diversa - Ricino
19. Plantas
  Descripción  
  Epidemiología  
  Diagnóstico  
  Tratamiento  
  Principales plantas tóxicas  
  Bibliografía  
D3. Intoxicaciones por ricino y plantas afines
   

Figura 28
Ricino (Ricinus comunis)

 

 
 

Figura 29
Falsa acacia o robinia (Robinia pseudoacacia)

 

 

- Botánica

El tártago o ricino (Ricinus comunis), el jequirití, ojo de pájaro o árbol del rosario (Abrus precatorius) y la falsa acacia o robinia (Robinia pseudoacacia) son plantas arborescentes, cuyas semillas, habichuelas de corteza dura y brillante, ornadas con diversas y llamativas coloraciones, contienen potentes toxinas. Estas semillas se han utilizado como cuentas de rosario, decoración de trajes regionales, o como ornamentos de juguetes sencillos, por lo que es posible la intoxicación incluso en el medio urbano, lejos del lugar de origen de la planta. En el caso del ricino son abigarradas, en tanto que las del jequirití son de color anaranjado con un extremo negro.


- Substancias tóxicas

Se trata de toxoalbúminas. En el ricino se encuentran la ricina y la ricinina. En el jeriquití se han aislado el ácido ábrico, la abrina y la glicirricina. En el caso de la falsa acacia la toxina responsable es la robinina. Estas substancias producen hemólisis incluso a grandes diluciones (de 10-6), y son dañinas además para muchas otras células del organismo. La cantidad de toxina contenida en 8 ó 10 semillas de ricino puede ser mortal para un adulto. Entre la mitad y las dos terceras del peso de las semillas del ricino lo componen una serie de glicéridos, entre los que destacamos la ricinoleína, principio activo fundamental del aceite de ricino, que se utilizó mucho como purgante hace varias décadas.


- Síntomas

La intoxicación es de escasa gravedad si se degluten enteras las semillas. Por el contrario, una sola semilla masticada ha resultado mortal en algún caso. Los primeros síntomas aparecen entre una y tres horas tras la ingesta, y consisten en sensación urente en boca, acompañada de nauseas, vómitos y diarreas. En los casos en que se masticaron, se añaden signos neurológicos (somnolencia, estupor, desorientación, convulsiones), cianosis, hipotensión arterial, hemorragias, hemólisis, hematuria y finalmente oliguria e insuficiencia renal.


- Tratamiento

Se procurará eliminar las semillas ingeridas, por inducción del vómito con jarabe de ipecacuana, o con lavado gástrico. A continuación se administraran catárticos salinos. Se efectuara un tratamiento de soporte lo más completo posible. Se llevará a cabo diuresis forzada -importante aporte de líquidos- para evitar la precipitación de hemoglobina o productos hemoglobínicos en los riñones. En caso de presentarse convulsiones se tratarán con diazepam intravenoso.