Toxicologia.net / Índice de tóxicos / Drogas de Abuso / Opiáceos - Manifestaciones clínicas
9.3 Opiáceos
  Introducción  
  Epidemiología  
  Mec. de acción  
  Cinética  
  Dosis tóxica  
  Manif. clínicas  
  Diagnóstico  
  Gravedad  
  Tratamiento  
  Bibliografía  
  Autoevaluación  

Manifestaciones clínicas

La intoxicación aguda por opiáceos presenta una tríada clásica de signos: miosis puntiforme, depresión respiratoria y alteración del nivel de conciencia (desde somnolencia hasta el coma).

La depresión respiratoria resulta de la pérdida de la capacidad para aumentar la ventilación en respuesta a la hipercapnia y la hipoxia. Se manifiesta por una disminución de la frecuencia respiratoria pero también por una menor profundidad (esfuerzo respiratorio reducido).

En los intoxicados leves, la conciencia puede estar poco alterada y el paciente la recupera ante órdenes verbales. Presentan lenguaje farfullante con deterioro de la atención y la memoria. Debe recordarse que la acción analgésica de estas sustancias disminuye la respuesta a estímulos dolorosos.

Las pupilas pueden estar dilatadas por hipoxia extrema o en la sobredosis por petidina (opiáceo con propiedades anticolinérgicas).

La intoxicación por opiáceos puede también cursar con bradicardia, hipotensión y cambios en la motilidad intestinal. En los novatos, pueden aparecer náuseas y vómitos. La presencia de cianosis es un signo tardío y grave de sobredosis.

Las complicaciones de la sobredosis son el edema agudo de pulmón no cardiogénico (1%) (15), convulsiones (los opioides reducen el umbral convulsivo), rabdomiolisis y arritmias. La sobredosis facilita la aparición de infecciones (neumonía 0.5%, endocarditis 0.25%).

Figura 2

 

 

La presencia de estigmas cutáneos de venopunción puede orientar el diagnóstico, si bien esta exploración física puede ser negativa, ya que se han descrito sobredosis en consumidores por vía intranasal o pulmonar y también en portadores corporales (body packers - figura 2) en los que se libera la droga en el tubo digestivo. En estos últimos la intoxicación es, casi siempre, muy grave.

La petidina y el dextropropoxifeno producen intoxicaciones de mayor gravedad, por su toxicidad neurológica y los efectos arritmógenos del segundo.

Debe recordarse la posibilidad de un uso concomitante de otras drogas de abuso (cocaína, alcohol, benzodiacepinas) o de opioides de prescripción (metadona). En estos casos, la intoxicación puede cursar con síntomas distintos y de mayor gravedad.