Fases subclínicas
del proceso tóxico |
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El transcurso del fenómeno tóxico presenta una etapa
subclínica previa a la aparición de la sintomatología
clínica.
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Figura 1:
Distintas etapas del fenómeno
tóxico en su fase subclínica |
Durante ésta el producto es absorbido por vía digestiva,
cutánea, pulmonar o parenteral y sufre un conjunto de modificaciones
cinéticas (efecto de primer paso, transporte plasmático,
aporte tisular, eliminación renal o biliar, etc) que en última
instancia determina la llamado dosis efectiva: es decir aquella
cantidad de producto tóxico que finalmente alcanzará
las estructuras diana de la toxicidad.
Éstas pueden ser receptores tisulares, enzimas, proteínas
transportadoras, lípidos de membranas celulares, ADN, etc.
La interacción del tóxico con la diana produce lesiones
moleculares subclínicas, que resultan en algún tipo
de alteración en la funcionalidad celular.
El organismo dispone de una batería de mecanismos de reparación
del ADN y proteínas que habitualmente pueden corregir la
mayoría de estas alteraciones subclínicas.
Tan solo en el caso de que la dosis efectiva sea muy elevada y
el grado de alteración molecular sobrepase, por razones muy
diversas, la capacidad de reparación natural, resulte una
lesión que puede dar lugar, después de un tiempo de
latencia más o menos largo, a una efecto clínico.
El tipo de efecto que de ello se derive (efectos sobre el SNC,
hepatotoxidad, nefrotoxicidad, cáncer, etc) dependerá
de la función de la diana afectada (un receptor, un enzima,
el ADN) y de su importancia dentro del organigrama fisiológico.
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